lunes, 21 de diciembre de 2009

Sonaba el Adagio de Albinoni...

"Sonaba el Adagio de Albinoni, apenas escuchaba la música y para intensificar los sentidos te vendaré los ojos, te dije.Las notas ascendían mientras te mordía los labios y acariciaba tu espalda perdiéndome entre tus nalgas, descansando sólo para susurrarte al oído: escucha, escucha y siente cada nota arañándote el alma.Cada nueva nota que salía del órgano se fundía con cada nuevo suspiro que mis dedos te arrancaban entre tus piernas y siempre recordándote: disfruta del Adagio, siéntelo dentro, pero no se te ocurra correrte hasta que cese la música...El sonido aumentaba el ritmo al igual que mi respiración, indicándome que no aguantarías mucho más. Retire mis dedos y al compás del violin iba entrando en tí, sacando cada nota de ti, arañandote por dentro, acariciando con mi pene tu sexo, tensando con mi arco tu interior.Aquella noche te arañe el alma, aquella noche fuimos el instrumento de cuerda frotada representando la obra de Albinoni, aquella noche usando nuestros cuerpos de instrumentos te saque todas tus notas pisando con mis dedos las cuerdas de tu diapasón, haciendote vibrar cuando mi arco entrando en tu puente te frotaba."

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