martes, 20 de julio de 2010

LUIS CERNUDA - DOS POEMAS

No decía palabras

No decía palabras,

Acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,

Porque ignoraba que el deseo es una pregunta

Cuya respuesta no existe,

Una hoja cuya rama no existe,

Un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,

Remonta por las venas

Hasta abrirse en la piel,

Surtidores de sueño

Hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,

Una mirada fugaz entre las sombras,

Bastan para que el cuerpo se abra en dos,

Ávido de recibir en sí mismo

Otro sueño que sueñe;

Mitad y mitad; sueño y sueño; carne y carne,

Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,

Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

Estaba tendido

Estaba tendido y tenía entre mis brazos un cuer­po como seda. Lo besé en los labios, porque el río pasaba por debajo. Entonces se burló de mi amor.

Sus espaldas parecían dos alas plegadas. Lo besé en las espaldas, porque el agua sonaba debajo de nosotros. Entonces lloró al sentir la quemadura de mis labios.

Era un cuerpo tan maravilloso que se desvaneció entre mis brazos. Besé su huella; mis lágrimas la borraron. Como el agua continuaba fluyendo, dejé caer en ella un puñal, un ala y una sombra.

De mi mismo cuerpo recorté otra sombra, que sólo me sigue a la mañana. Del puñal y el ala, nada sé.

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