miércoles, 5 de mayo de 2010

VICENTE ALEIXANDRE - CUERPO DE AMOR

Volcado sobre ti, volcado sobre tu imagen derra­mada bajo los altos álamos inocentes,

tu desnudez se ofrece como un río escapando,

espuma dulce de tu cuerpo crujiente,

frío y fuego de amor que en mis brazos salpica.

Por eso, si acerco mi boca a tu corriente prodigiosa,

si miro tu azul soledad, donde un cielo aún me teme,

veo una nube que arrebata mis besos

y huye y clama mi nombre, y en mis brazos se esfuma.

Por eso, si beso tu pecho solitario,

si al poner mis labios tristísimos sobre tu piel incendiada

siento en la mejilla el labio dulce del poniente apagándose,

oigo una voz que gime, un corazón brillando,

un bulto hermoso que en mi boca palpita,

seno de amor, rotunda morbidez de la tarde.

Sobre tu piel palabras o besos cubren, ciegan,

apagan su rosado esplendor erguidísimo,

y allí mis labios oscuros celan, hacen, dan noche,

avaramente ardientes: ¡pecho hermoso de estrellas!

Tu vientre níveo no teme el frío de esos primeros vientos,

helados, duros como manos ingratas,

que rozan y estremecen esa tibia magnolia,

pálida luz que en la noche fulgura.

Déjame así, sobre tu cuerpo libre,

bajo la luz castísima de la luna intocada,

aposentar los rayos de otra luz que te besa,

boca de amor que crepita en las sombras

y recorre tu virgen revelación de espuma.

Apenas río, apenas labio, apenas seda azul eres tú margen dulce,

que te entregas riendo, amarilla en la noche,

mientras mi sombra finge el claroscuro de plata

de unas hojas felices que en la brisa cantasen.

Abierta, penetrada de la noche, el silencio

de la tierra eres tú: ¡oh mía, como un mundo en los brazos!

No pronuncies mi nombre: brilla sólo en lo oscuro.

Y ámame, poseída de mí, cuerpo a cuerpo en la dicha,

beso puro que estela deja eterna en los aires.

De Sombra del paraíso

No hay comentarios:

Publicar un comentario